Dra. Raquel Tejada
Médico Nutricionista
Si hoy le aplicaran un examen para determinar si tiene una vida saludable, ¿lo aprobaría? Esa es una pregunta que debería hacerse con frecuencia y en especial si tiene a cargo a su familia. Si le interesa saber su calificación debe revisar si usted aplica o no las 5 Reglas Básicas para tener una vida saludable.
Presentamos 5 recomen- daciones para que su
cuerpo y mente vayan rumbo a un mejor estado de salud. Su cumplimiento no es
complicado, al contra-rio, están diseñadas para que la inmensa mayoría de la
población las ponga en práctica con facilidad.
Puesta en marcha
No es casualidad que la primera de esas reglas sea la actividad física,
dados sus múltiples beneficios en diversos campos de la salud física y
emocional.
La doctora en medicina y
nutrición clínica y pediátrica, Raquel Tejada, explica que “la actividad física
está relacionada positivamente con la buena salud cardiorrespiratoria en niños
y jóvenes. Además, la participación en actividades de fortalecimiento muscular
dos o tres veces por semana mejora considerablemente la fuerza de los músculos.
Para este grupo de edades, las actividades de fortalecimiento muscular pueden
realizarse espontáneamente en el transcurso de los juegos en instalaciones
apropiadas como lo es subirse a los árboles, o mediante movimientos de empuje y
tracción, como por ejemplo halar la cuerda o escalar algún árbol pequeño con
varias ramas”.
Si el día tiene
1 440 minutos, programe 30 de ellos para realizar actividad física! Solo
ganancias tendrá en su vida. No requiere estar en un gimnasio o correr una
maratón, únicamente decidirse a sentarse menos y a moverse más, ya sea
caminando, bailando, lavando su vehículo, subiendo escaleras, en fin, todas
aquellas actividades que agiten positivamente su día a día.
Cada persona requiere de una cantidad mínima de
ejercicio, el siguiente cuadro es una guía básica para alcanzar ese objetivo de
la mejor manera y cumplir con ésta regla básica. Analice sus requerimientos y recuerde que los beneficios de la actividad física (y los riesgos de salud asociados a la
inactividad) se extienden más allá del control del peso. Según el Centro para
el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés),
pocas decisiones relacionadas con el estilo de vida tienen un impacto tan
grande en la salud y el bienestar como realizar actividad física de forma
habitual.
Las investigaciones muestran que la
actividad física no sólo reduce el riesgo de sufrir enfermedades
cardiovasculares y diabetes (y mejora el control de estas enfermedades), sino
que además, ayuda a mejorar el sueño y manejar el estrés.
Una vez que usted tomó la decisión de darle movimiento a su vida,
recuerde que debe acompañarla de una buena alimentación e hidratación, porque
serán el combustible para alcanzar adecuadamente el objetivo.
La Dra. Tejada agrega que “una buena dieta no suprime alimentos sino
que busca el balance. Es falso que existan alimentos buenos o malos, lo que sí
es cierto es que muchas personas tienen dietas desbalanceadas, es decir
consumen más calorías de las que gastan. Si usted se ve reflejado en ese grupo
comience por incluir alimentos de todos los grupos nutritivos. Por ejemplo:
consuma al menos 5 porciones de frutas y vegetales al día y así comenzará a ver
resultados positivos”.
Otros consejos para ayudarle a usted y su familia a cumplir con éstas
reglas básicas:
• Siempre iniciar el día con un desayuno
balanceado.
• Reducir la ingesta excesiva de alimentos
ricos en calorías.
• Fomentar las comidas en familia y enviar
loncheras a los trabajos y escuelas.
• Buscar información para que usted y sus seres
queridos puedan elegir opciones alimentarias saludables.
Si tiene
dudas de cómo lograr el equilibrio, visite a su médico o nutricionista para que
le guíen y usted cumpla el objetivo de inyectarse de vida saludable y energía.
Pero no basta solo con alimentos sólidos, también es trascendental que usted
incluya en su dieta una buena hidratación. Todas las bebidas ayudan a mantener
su cuerpo hidratado, por eso puede incluir refrescos, gaseosas, café o té entre
sus opciones en su dieta.
El
Instituto de Medicina de Estados Unidos y Canadá (IOM por sus siglas en
inglés), define los requerimientos mínimos de líquido; para un adulto sano
hombre 3 litros al día para hombres y 2 litros para mujeres. Sin embargo, esto
puede variar según el clima, el nivel de actividad física y la altura, entre
otros factores. El 80% del consumo se obtiene de cualquier bebida y el 20%
restante de alimentos como frutas y vegetales.
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