lunes, 14 de julio de 2014

EL TABACO, UNO DE LOS PEORES ENEMIGOS DE LA HUMANIDAD



Doctor Ernesto Díaz Álvarez
Director Médico 
Instituto Dominicano de Cardiología

Unos 500 millones de personas morirán por causa del tabaco. De estas muertes, 250 millones serán a una edad prematura, es decir, antes de tiempo y ocurrirán en la edad adulta.
Se estima que para el año 2020 el tabaco será la mayor causa de muerte y discapacidad. Matará a más de 10 millones de personas por año siendo más mortífera que el SIDA, los accidentes de tránsito, los homicidios, los suicidios, el alcoholismo y las drogas ilícitas, todos sumados.
Un tercio de la población mundial de más de catorce años fuma (mil cien millones de fumadores en el mundo. De estos, ochocientos millones pertenecen a los países en desarrollo. En el año 2025 los fumadores llegaran a mil seiscientos millones.
El hábito de fumar es causa de al menos veinticinco enfermedades comprobadas, siendo responsable del 30% de las cardiopatías coronarias, el 30% de las muertes por cáncer, el 90% de los casos de cáncer de pulmón, y el 80% de los casos de enfisema (enfermedad pulmonar obstructiva crónica).
El tabaco es responsable del 70% de casos de cáncer en la laringe, del 50% de cáncer en la boca, del 30% de cáncer de vejiga y del 30% de cáncer de páncreas
En Estados Unidos, cuatrocientas mil vidas se pierden por año debido al consumo del tabaco. En Hispanoamérica, ciento cincuenta mil vidas se pierden por año debido al consumo del tabaco.
Según un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco mata a un millón de personas en América y a cinco millones en el resto del mundo cada año.
El 10% del consumo del tabaco tiene lugar en países en vías de desarrollo, con una tendencia a seguir aumentando muy especialmente en los jóvenes y últimamente en las mujeres, las cuales prácticamente han igualado a los hombres.
El mantenimiento del hábito de fumar tras haber padecido un infarto al miocardio, pueden producir nuevos eventos. Los que dejan de fumar evidencian una reducción del 30 al 40% a los 5 años con respecto a los que siguen fumando.
Es triste señalar la gran prevalencia de fumadores en las personas de estrato socioeconómico bajo, lo que se traduce que en que la muerte por tabaco desempeña un papel fundamental en la pobreza, ya que la enfermedad y la muerte prematura de un miembro de la  familia como el padre (cabeza de familia) es la causa más común de aumento en el nivel de pobreza.
En el mundo unos cien mil niños y jóvenes por día se convierten en fumadores. Son los que la industria tabacalera nombra como sus fumadores de reemplazo, porque van sustituyendo a los que desaparecen prematuramente.
El tabaco es la principal causa evitable de muerte en el mundo. Es el único producto de consumo legal que mata entre un tercio y la mitad de sus consumidores cuando es usado como lo indican los fabricantes.
La salud de un porcentaje importante de la juventud del mundo está seriamente amenazada por sus mortales productos. En el humo del tabaco existen más de 4,000  sustancias en forma gaseosa o en forma de partículas, como los hidrocarburos poli aromáticos, aldehídos y otros compuestos orgánicos e inorgánicos.
La nicotina es un producto altamente adictivo, más que la cocaína y la heroína, su uso durante la niñez y la adolescencia puede llevar a toda una vida de dependencia al tabaco.
La nicotina, componente principal del tabaco, es un alcaloide líquido, incoloro, volátil, soluble y muy tóxico, que aumenta la presión arterial y el gasto cardiaco, incrementa los ácidos grasos libres y la secreción de cortisol, y que, al igual que el monóxido de carbono, ha sido relacionado con el daño al endotelio de las arterias (la capa más interna de los vasos). También se ha reportado que produce un aumento de la concentración de la sangre, disminuyendo su desplazamiento, lo cual favorece la presentación de eventos isquémicos (infarto).
El riesgo cardiovascular atribuido al tabaco aumenta en relación directa con la cantidad de cigarrillos que se fumen por día y con la duración del hábito. Se estima que el 17% de las mujeres jóvenes son fumadoras y la gran mayoría inicia a muy temprana edad (entre 13 y 15 años).
El consumo de tabaco por parte de las mujeres embarazadas aumenta las probabilidades de que su hijo nazca con bajo peso; los lactantes cuyas madres fuman pesan en término medio 200 gramos menos que los lactantes de las madres no fumadoras.
La mujer que fuma tiene más riesgo de sufrir un ataque cardiaco que el hombre.
El 21 de mayo de 2003, en su 56ª Asamblea Mundial de la Salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó un “Convenio  Marco para el Control del Tabaco”, con miras a proteger a las generaciones presente y futuras del consumo y exposición al humo de tabaco, motivado por la gran preocupación que ocasiona el importante aumento del número de personas que cada día se incorporan al hábito de fumar o que de alguna otra manera consumen tabaco en todo el mundo.
Este Convenio representa una iniciativa pionera en los planos nacional, regional, internacional y mundial encaminada a proteger la salud humana de los efectos devastadores del consumo y exposición al humo del tabaco, así como de sus consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas.
El Convenio trata de controlar el consumo del tabaco y la exposición al humo del mismo y contempla medidas relacionadas con la reducción de la demanda, como encarecer  precios, aumentar los impuestos, proteger contra la exposición al humo, reglamentar la divulgación de información sobre los productos del tabaco, educación, comunicación, formación y concientización del público, al igual que el aumento del control sobre la publicidad, promoción y patrocinio del tabaco.
También se propugnan medidas a favor de reducción de la demanda relativa a la dependencia y al abandono del tabaco, involucramiento en el comercio ilícito de productos del tabaco, venta a menores de edad, protección del medio ambiente y de la salud de las personas, prohibición de fumar en sitios públicos o privado cerrados.
Como podemos observar, dicho Convenio es una iniciativa muy seria que involucra a todas las naciones que integran la Organización Mundial de la Salud, debiendo ser ratificado, aceptado, aprobado y confirmado por los países miembros.
El artículo  8 del Convenio es muy enfático cuando señala “La ciencia ha demostrado de manera enérgica que la exposición al humo del tabaco es causa de mortalidad y discapacidad”, por lo tanto urge tomar medidas eficaces de protección contra el contacto al humo del tabaco en lugares de trabajos interiores (oficinas), lugares públicos cerrados (hospitales, restaurantes, bares, etc.), medios de transporte público y otros lugares de convivencia.
Lamentablemente nuestro país no ha firmado dicho Convenio.
Se calcula que más de seiscientas mil muertes fueron atribuidas al humo del tabaco de segunda mano (ajeno) en el año 2004 y en términos de enfermedad cerca de 6 millones de niños sufrieron infecciones respiratorias; 2.8 millones de adultos padecieron de ataque al corazón; 1.2 millones de adultos y más de 650 mil niños enfermaron de asma (Lancet 8 de enero 2011, vol. 377).
¿Por qué exigimos un ambiente 100% libre de humo del tabaco?
Según la OMS, los ambientes 100% libres de humo del tabaco protegen plenamente a los trabajadores y al público de los grandes efectos del humo del tabaco.
- Todos tenemos derecho a respirar aire limpio

- Los ambientes 100% libres del humo del tabaco ayudan a evitar que las personas,
  especialmente los jóvenes, comiencen a fumar.

 - Los ambientes 100% libres de humo cuestan poco y dan resultados.
 - La mayoría de las personas en el mundo no fuman y tienen derecho a evitar la exposición
   al humo.
Sustancias que provocan Cáncer:


Fuente: Revista Entre Consulta  



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