“En la prosperidad modérate; en la adversidad resígnate y sé siempre prudente". Periandro De Corinto
La prudencia es una virtud que debemos incluir en nuestros hogares, ambiente laboral, mientras transitamos por las calles, al momento de tomar decisiones, en las situaciones ordinarias de nuestras vidas y en nuestras relaciones interpersonales. Teniendo en cuenta, que nuestras palabras y acciones pueden producir efectos conformes a como actuemos ante cualquier circunstancia.
Por lo que es preciso reflexionar y considerar, que si actuamos
apropiadamente, con calma, justicia, mesura y empleando un lenguaje adecuado,
cauteloso y respetando la vida, los sentimientos y el albedrío de quienes
puedan resultar afectados si no nos comportarnos de manera prudente.
La escasez de prudencia en nuestras acciones siempre tendrá
consecuencias a todos los niveles, personales (amigos, hijos, padres, pareja);
colectivas (empresa, sociedad, entorno); el estado de salud tampoco escapa (el
abuso en el consumo de una dieta no balanceada, falta de ejercicios, la
promiscuidad y el consumo de sustancias nocivas). Siendo estas las cosas que
nos impiden que generemos confianza y estabilidad a quienes nos rodean.
En estos días de asueto es
esencial que actuemos con prudencia, y así experimentemos un espíritu de paz y
serenidad, sintiéndonos siempre cerca de Dios y recordando el verdadero sentido de la Semana Santa: La conmemoración de la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo para redimir nuestros pecados.
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