sábado, 28 de septiembre de 2013

¿Qué es el síndrome de arnold chiari?

El síndrome de arnold chiari son defectos estructurales en el cerebelo, la parte del cerebro que controla el equilibrio. Normalmente el cerebelo y partes del tallo cerebral se asientan en un espacio endentado en la parte inferior trasera del cráneo, por encima del foramen magno (un orificio en forma de embudo hacia el canal espinal).

Esta condición puede desarrollarse cuando el espacio óseo es más pequeño que lo normal, causando que el cerebelo y el tallo cerebral sean empujados hacia abajo dentro del foramen magno y del canal espinal superior. La presión resultante sobre el cerebelo y el tallo cerebral puede afectar las funciones controladas por esas áreas y bloquear el flujo del líquido cefalorraquídeo (LCR) - el líquido claro que rodea y protege al cerebro y la médula espinal - hacia y desde el cerebro.


Hace años, se calculaba que la afección se producía en alrededor de uno de cada 1,000 nacimientos. Sin embargo, el aumento en el uso de imágenes diagnósticas ha demostrado que  síndrome de arnold chiari puede ser mucho más comunes. Para complicar este cálculo está el hecho de que algunos niños que nacen con la afección pueden no mostrar síntomas hasta la adolescencia o edad adulta, si lo hacen. Las malformaciones se producen con más frecuencia en mujeres que en hombres y las malformaciones de tipo II son más prevalentes en ciertos grupos, inclusive las personas de ascendencia celta.


La causa exacta de estas malformaciones se desconoce. Muchos científicos creen que la afección generalmente es el resultado de un defecto estructural que se produce durante el desarrollo fetal.  Síndrome de arnold chiari también puede ser genético - alguna investigación muestra que la afección puede aparecer en más de un miembro de la familia.
Otras causas posibles incluyen la exposición a sustancias perjudiciales, carencia de vitaminas y nutrientes adecuados en la dieta de la madre durante el desarrollo fetal, lesiones, infección, o envejecimiento.


 El síndrome de arnold chiari se clasifican por la gravedad del trastorno y las partes del cerebro que sobresalen hacia el canal espinal.

El tipo I -  involucra la extensión de las amígdalas cerebelosas (la parte inferior del cerebelo) dentro del foramen magno, sin involucrar al tallo cerebral. Normalmente, sólo la médula espinal pasa por este orificio. El tipo I -que puede no causar síntomas - es la forma más común del sídrome y generalmente se observa por primera vez en la adolescencia o la edad adulta, a menudo por accidente durante un examen para otra afección.

El tipo II - también llamada malformación clásica, involucra la extensión de los tejidos cerebeloso y del tallo cerebral dentro del foramen magno. Además, el vermis cerebeloso (el tejido nervioso que conecta las dos mitades del cerebelo) puede estar completo parcialmente o ausente.

El tipo III - es la forma más seria. El cerebelo y el tallo cerebral sobresalen o se hernian a través del foramen magno hacia la médula espinal. Causando graves defectos neurológicos.

El tipo IV -  involucra un cerebelo incompleto o poco desarrollado, una afección conocida como hipoplasia cerebelosa. En esta rara forma del síndrome de Chiari, las amígdalas cerebelosas están ubicadas más abajo en el canal espinal, faltan partes del cerebelo, y pueden ser visibles porciones del cráneo y la médula espinal.
Otra forma del trastorno, en debate por algunos científicos, es el tipo 0, en el cual no existe protrusión del cerebelo a través del foramen magno pero se encuentran presentes dolores de cabeza y otros síntomas del síndrome de Chiari.


Muchas personas con tipo I de malformación de Chiari no tienen síntomas y pueden no saber que tienen una afección. Los pacientes con otros tipos del síndrome de Chiari pueden quejarse de:

Dolor en el cuello,

Problemas de equilibrio,

Debilidad muscular,

Entumecimiento u otras sensaciones anormales en los brazos o las piernas,

Mareos,

Problemas con la visión,

Dificultad para tragar,

Zumbido en los oídos,

Pérdida de la audición,

Vómitos,

Insomnio,

Depresión,

Dolor de cabeza que empeora al toser o hacer fuerza.

Los adolescentes y adultos que padecen síndrome de Chiari pero inicialmente no tienen síntomas pueden más tarde desarrollar signos del trastorno. Los bebés pueden tener síntomas de cualquier tipo de malformación y tener dificultad para tragar, irritabilidad al ser alimentados, babeo excesivo, llanto débil, atragantamiento o vómitos, debilidad en los brazos, cuello rígido, problemas respiratorios, retardo del desarrollo, y una incapacidad para aumentar de peso.


Los individuos que tienen síndrome de Chiari a menudo tienen estas afecciones relacionadas:

La hidrocefalia 
La espina bífida .
La siringomielia, o hidromielia,
El síndrome de la columna anclada 
La curvatura espinal 

El síndrome de arnold chiari también puede estar asociadas con ciertos síndromes hereditarios que presentan anormalidades neurológicas y esqueléticas, otros trastornos que afectan la formación y el crecimiento óseo, la fusión de segmentos de los huesos del cuello, y pliegues adicionales en el cerebro.


Muchas personas con síndrome de Chiari no tienen síntomas y sus malformaciones sólo se descubren durante el curso del diagnóstico o tratamiento de otro trastorno. El médico realizará un examen físico del paciente y evaluará su memoria, cognición, equilibrio (una función controlada por el cerebelo), tacto, reflejos, sensación, y aptitudes motoras (funciones controladas por la médula espinal). El médico también puede solicitar una de las siguientes pruebas de diagnóstico:
  • Una radiografía 
  • La tomografía computarizada (también llamada exploración CT)
  • La imagen por resonancia magnética (IRM) es el procedimiento por imágenes más comúnmente usado para diagnosticar las malformaciones.

¿Cómo se trata?

Algunas de las manifestaciones del síndrome de Chiari son asintomáticas y no interfieren con las actividades cotidianas de la persona. En otros casos, los medicamentos pueden aliviar ciertos síntomas, como el dolor.  Hasta el momento la cirugía es el único tratamiento disponible para corregir las perturbaciones funcionales o detener la evolución del daño en el sistema nervioso central. La mayoría de los pacientes que se somete a cirugía ve una reducción en sus síntomas y/o períodos prolongados de estabilidad relativa. Puede ser necesaria más de una operación para tratar la afección.

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